miércoles, 8 de octubre de 2014

La reverencia debida al Altar

                                                    La reverencia debida al Altar.

Esta hermosa imagen resume plásticamente la sacralidad del Altar:  Mesa de la Eucaristía y del Sacrificio de la Cruz. El Altar es también símbolo de Cristo, por ello toda la arquitectura del templo se dirige y concluye hacia el Altar, el cual durante las celebraciones es especialmente reverenciado, con inclinaciones, ósculo e incienso al inicio de la Santa Misa y durante el ofertorio.

La Ordenación General del Misal Romano  (IGMR) dice lo siguiente:" El altar, en el que se hace presente el sacrificio de la cruz bajo los signos sacramentales, es también la mesa del Señor, para participar en la cual, se convoca el Pueblo de Dios a la Misa; y es el centro de la acción de gracias que se consuma en la Eucaristía." (296)



"Sobre la mesa del altar se puede poner, entonces, sólo aquello que se requiera para la celebración de la Misa, a saber, el Evangeliario desde el inicio de la celebración hasta la proclamación del Evangelio; y desde la presentación de los dones hasta la purificación de los vasos: el cáliz con la patena, el copón, si es necesario, el corporal, el purificador, la palia y el misal." ( IGMR nº 306).


Denigrante "ornato del Altar"

En contraste con la dignísima actitud del señor Cardenal y la sobria ornamentación que se muestra en las imágenes de arriba, veamos que ocurre en algunos otros lugares, fundamentalmente durante la celebración de Fiestas Patrias, en que por extraña razón, algunos curas y laicos creen que pueden tomarse la licencia de transformar el templo en una fonda o sede costumbrista.

Tenemos que señalar con un círculo el Copón con las sagradas formas que sostiene este Diácono para que pueda distinguirse de las bandejas con comidas típicas, frutas y floreros que están sobre lo que debiera ser un altar móvil.
Aunque aquí se esté celebrando sólo una Liturgia de la Palabra, el contar con un Copón con Hostias consagradas exige una digna presentación del Altar y el Diácono si tiene realmente fe en la presencia de Nuestro Señor en la Eucaristía, debiera transmitir esa fe con una actidud reverente que se muestre también en como dispone el Altar y todo lo que rodea a las Sagradas Formas. Esto ocurrió en Quilicura en una sala dispuesta para esta celebración.








Un altar en forma semicircular que mas bien recuerda un bar, con un mostrario de banderas, canastillo con frutas, guirnaldas y copihues de papel colgando de los manteles. Como corolario, un volantín tricolor al lado de la Cruz.

¿Es esta una manera digna de presentar el Altar del sacrificio Eucarístico?





La mesa del altar con un paño de colorinches en diagonal (?) haciendo juego con una estola del mismo vulgar cariz, un paquete de lo que parece un regalo, botella de agua mineral, algo que pudiera ser un cirio,  y al rincón, (representando muy simbólicamente lo que aquí acontece) una cruz que pareciera cumplir la función de un pisapapeles. Ah! pero eso sí, dibujos de gran tamaño con huaso bailando cueca, tinaja y visible letrero de Viva Chile! Todo un símbolo de lo que hacemos con la liturgia durante Fiestas Patrias y más encima tenemos la patudez de implorar la bendición divina!







Y aquí... ¿Dónde está el Altar?...Lo que debiera ser el centro de la atención y veneración, totalmente oculto por fardos de paja, guitarras, guirnaldas, chuicas y demases, los ministros vestidos con caricaturas de ornamentos litúrgicos, el coro en el presbiterio acaparando la atención sobre sí.  En fin, la Liturgia usada como tablado para celebrar un fiesta costumbrista, Cristo no es el centro,  sino la excusa. ¿Dónde están los Obispos a quienes compete el grave deber de cuidar que se celebre correctamente la Liturgia conforme lo manda la Iglesia?





La guinda de la torta


Altar reducido a la mínima expresión, que con sus colores, manteles y guirnaldas muestran a las claras que los símbolos de la celebración cívica parecen ser  mas importantes que los signos sagrados.  Y si usted tiene todavía alguna duda, observe que el celebrante está vestido con traje huaso: camisa a cuadros, chaleco blanco, pantalones negros, sólo con la estola, y esto ocurre en Chile, donde supuestamente no hay abusos litúrgicos.

Señores Obispos, con filial respeto os decimos que vuestra falta de cuidado y atención de lo que ocurre con vuestro clero,  está permitiendo la inoculación del veneno de la desacralización  y secularización de lo que debiera ser "Sagrada" Liturgia.

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